Después de levantarnos y desayunar en el refugio El Chileno emprendimos el camino de vuelta hacia el coche para recorrer lo que pudiésemos de parque por caminos. Así, tras varias paradas y algunas fotos, llegamos a este salto, el cual separa los lagos Nordenskjold y Pehoé. Me pareció espectacular el color del agua, preciosa.
En las postrimerías del lago Nordenskjold y antes del Salto Grande (¿o son parte de él?) están estos rápidos.
Para completar la postal tenemos los Cuernos del Paine a la derecha, y el Cerro Paine Grande en el centro, aunque las nubes tapan las cimas, entre ellas la Principal, de 3050 msnm, la más alta de la zona.
Reflejados sobre el lago Pehoé vemos el Cerro Paine Grande (lo que dejan las nubes), y los Cuernos del Paine a la derecha, con la característica unión de oscuras rocas sedimentarias (Arcillolita o lutita, según me ha chivado Esther) sobre el más claro granito.
El lago Pehoé acaba en el Salto Chico, continuando el curso del muy azul río Paine. Del salto no tengo ninguna foto que me acabe de convencer, pero del río sí me gusta mucho ésta, sobre todo su inmensidad azul.
Al final le cogimos gusto a eso de comer contemplando un glaciar, y nos sentamos en la orilla del lago Grey, orilla que es una especie de playa formada sobre un istmo morrénico que comunica con una isla y viene a dividir el lago. Y es que la vista es bien bonita con todos esos témpanos flotando en el lago, témpanos que proceden del glaciar Grey, que se ve asomar al fondo en el centro de la foto; a su derecha, el Cordón Olguín, y nuevamente el Cerro Paine Grande, y los Cuernos.
Aquí se ve algo más de cerca un inmenso témpano sobre el lago Grey, y también, un poco mejor, parte del glaciar homónimo, y flanqueando el Cordón Olguín. Me fascinó el fuerte color azul del hielo, debo decir.
Después de salir del Parque Nacional Torres del Paine, de camino a Puerto Natales paramos en la Cueva del Milodón, impresionante y amplia caverna donde se encontrarón restos de este enorme y extinto mamífero.
Y el mapa del día: