Aquí tenemos a Sara, después de empollarse un artículo de comunicación no verbal periquil dialogando con Pipino, interpretando sus sentimientos y reconfortándolo; hacen buenas migas los dos.
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A Pipino le veo un poco preocupado bajo la atenta mirada humana que se cierne sobre él.
Espero que no terminara como Mario.
Jajaja, a ratos da signos de estar feliz, y a ratos tímido, pero está bien, es un superviviente compulsivo 🙂