Paseo vespertino y subida a la azotea del Reichstag.
Después de finalizar el New Berlin Free Tour, nos dirigimos caminando por Friedrichstrasse en busca del Spree y de un pipiroom, encontrado éste en la estación que asoma en la foto.
Por la orilla del río llegamos paseando hasta el Reichstag, allí tuvimos nuestra primera sorpresa «¡Ah, pues no hay mucha gente en la cola!» (WIN) seguida de la segunda sorpresa «Die cupolen cerraden ist», vamos, que tuvimos la suerte de ir a visitarla en uno de los cuatro días al año que cierran para limpiarla (FAIL); aunque no pudiéramos entrar a la cúpula, al menos visitar la azotea merecería igualmente la pena, y a ello fuimos 🙂
Las vistas de la azotea son preciosas, en la siguiente foto se puede ver la praderita que es la Platz der Republik, unCarrillón y la Haus der Kulturen der Welt:
En primer término, y rodeada de andamios se ve la Siegessäule, Columna de la Victoria, y al fondo Teufelsberg, la Montaña del Diablo, a la derecha, la Torre de radio de Berlín.
Aquí una visión de la frondosidad del Tiergarten:
La nueva estación central de tren construida para el Mundial de Fútbol de 2006, Berlin Hauptbahnhof, ya volveremos a ella, es otro edificio que me impresionó bastante:
Sara y yo delante de la sublime cúpula de Sir Norman Foster:
Su interior, realizado de tal forma que reconduzca la luz hacia el interior del Parlamento:
Me llamó la atención cómo parece que este señor le esté atizando con la cruz a la Nueva Sinagoga 🙂
En la siguiente foto se puede ver un elevado radar en el aeropuerto de Tempelhof:
¿Recuerdan lo que les comentaba del edificio del DZ Bank? Pues éste fue diseñado por Frank Gehry.
Cuando hubimos bajado, nos sentamos un rato en la plaza de la República mientras se ponía el sol y recuperábamos fuerzas. Muy agradable el sitio.
De camino al U-Bahn (metro), pasamos por delante de la Puerta de Alcalá :p
Nos acercamos un momento al hotel a darnos un duchazo, y raudos y veloces nos dirigimos hacia Hackeschermarkt, plaza donde habíamos quedado con Elisa y Fernando, amigos que viven en Berlín, y que hace poco que han estrenado paternidad (¡Enhorabuena!); por cierto, que echando cuentas desde que nació la niña, si entonces no estaba ya embarazada Elisa, poco debía faltar. Con ellos cenamos en un restaurante (de comida alemana, aunque ahí simplemente le llamaban «comida») bajo las vías del tren, estaba todo delicioso, aunque tengo que hacer especial mención a las cervezas, y al sistema de degustación previa para que pudieras elegir con algo más de conocimiento, siendo éste una sofisticada bandeja con cuatro vasitos de distintas cervezas acompañadas de un cuenquito de alpiste, para tomar entre cata y cata y no confundir sabores.
Recién cenados y tras despedirnos de nuestros amigos, quienes madrugaban al día siguiente, nos fuimos dando un paseo hacia Alexanderplatz, donde nos sentamos en una especie de chiringuito con hamacas y arena en el suelo (habría creído que era una playa si hubiera habido agua cerca), y tras pasar de nosotros los camareros durante un buen rato, y haber disfrutado de las hamacas gratis, nos levantamos y seguimos andando hacia el hotel, dando por finalizado el día.
P.D. A continuación les presento el cuaderno de viajes que me está sirviendo para refrescar la memoria, imprescindible cuando ya ha pasado más de un año desde que hicimos el viaje.
Si que ha cambiado la Puerta de Alcalá ¿eh? jajaja
Muy buena idea estos post para pasear con vosotros por Berlín.
Reconozco que es un destino que no me atraía nada….
Voy a seguir leyendo 🙂
jeje, era una prueba para ver quién llegaba hasta el final 🙂
Enhorabuena, has ganado!
Lo dicho en la entrada, recomiendo muy mucho la ciudad, me encantó, nada que ver con París o Roma, es otro encanto. Gracias por la visita. 😀